"Cuestión de Piel"

Bendita piel, esa que le rozaba y estremecía cada centímetro de su superficie porosa, provocando un calor inmenso, que la lluvia apareciera en sus cuerpos empapados con gotas recorriendo cada uno de los surcos producidos por sus huesos. Bebiéndose mutuamente sin importar el frío polar existente mas allá de sus presencias.
Ella desmontaba cada anclaje del físico de él sin excepción, con provocación. Él con su pérdida de conocimiento ante tal prodigio de placer, le devuelve los clímax como nadie nunca se los había devuelto, buscando el disfrute de ella por el mero hecho de que encontrándolo como tal seria su propio disfrute. Se había producido la colisión estelar mas espectacular en mucho tiempo en este mundo. A partir de cualquiera de los dos para cualquiera de los dos, el placer de otra manera o con otros seres humanos, nunca será lo mismo, porque nada es mejor que ellos dos para cualquiera de los dos.
El sexo de ella, el sexo de él, el sexo suyo, el sexo de ellos, provocó que ambos dos descubrieran realmente el verdadero SEXO.

"Historia del chico que aprendió a memorizar como un pez"


Es cierto sí, los peces tienen una memoria de segundos, y puede parecer una putada pero, yo creo que no, es más, me parece maravilloso. Un pez puede olvidar lo que acaba de ver, por lo tanto, aunque lo vea mil veces siempre lo mirara como si fuera la primera vez, fascinante verdad. Pues bueno una vez aclarado esto, ahora viene lo verdaderamente importante. La historia del chico que aprendió a memorizar como un pez.

No, él no tenía ni idea de lo que era mirar a alguien como si fuera siempre la primera vez, se quedo perplejo cuando por primera vez en su vida miraba su cara repetidamente sin pausas y seguía contemplándola con mas ímpetu, con mas amor. Como si cada vez que se cruzara en su campo visual fuera la primera vez.
Porque si, porque simplemente esta tan elevadamente enganchado a su silueta, su pelo, su ser, que cuanto mas la disfruta mas aun descubre un mundo totalmente nuevo para él. Gracias a ELLA consiguió, sin proponérselo, aprender a encontrar cosas nuevas cada minuto, a sentirse como un pez al que le embelesa el mundo cada segundo, porque el mundo le ofrece siempre cosas nuevas limitándole su memoria. ELLA es su mundo y, aunque no le limite su memoria, le hace sentir como un pez, porque cada muy poco le ofrece cosas totalmente nuevas en su entorno alrededor de su órbita.
Sabe que cada mañana al despertarse no va a ser un día cualquiera porque es un día con ELLA, a su lado, un día en el que puede pasar cualquier cosa y en el que puede descubrir cualquier cosa. Cómo se va a aburrir de su par si cada porción de tiempo que pasa con ELLA hay algo nuevo que se le ofrece sin que se le pida nada a cambio, es feliz y habría que estar loco para aburrirse de la felicidad. El la ama como el pez ama al mundo, la quiere como si siempre fuera la primera vez, la mejor vez de todas, la vez en la que uno se queda más ojiplático que nunca, porque ELLA hace que siempre le invadan sensaciones nuevas cuando la toca, la mira, la respira, la bebe, cada vez que la ama...
Nada por cada rincón de su cuerpo, de su ser, descubriendo en cada escurrida, un mundo nuevo dentro de su propio mundo. Es un pequeño pez adentrándose en los confines mas profundos e increíbles que jamás haya explorado nadie antes en ese planeta que le ha enamorado y maravillosamente cegado con un velo transparente y delicadamente suave con un pequeño aroma tan adictivo como el propio aire.
Conclusión: No hay amor mas puro que el amor de un pez al mundo. El amor que es imposible que se desgaste porque todo siempre es, COMO LA PRIMERA VEZ.

"Su Efecto Mariposa"


-Es como un ritual de vuelos solemnes coloreados, que invade mi cuerpo cuando la veo, es mi 9ª sinfonía..., mi mejor canción.
Recitaba él mentalmente todos los días cuando se levantaba de la cama y justo antes de irse a dormir, el pequeño y flaco anónimo pensaba que una mujer solo podría darle noches calurosas y promesas que se desvanecerían con el paso de los días.
Y sin saber que hacía años luz que se la había encontrado en un lugar tan ínfimo como ínfimos eran los seres que cada luz de mañana llegaban allí, se volvió a presentar soltando su polvo de hadas y rociando con el mismo hasta rodear a ese pequeño loco que más loco se volvió con el revoloteo de sus alas.
Fascinado quedó al saber que su historia de amor interminable no había comenzado un 7 de noviembre, sino mas bien un día de infancia feliz que él tenía borroso pero que, como siempre, ELLA se encargó de recordarle.
Si, ese minúsculo hombrecillo sufrió lo que yo describo de forma escueta en "Volada de cabeza" (una volada de cabeza es que sin saber como ocurre, todos tus planes y tu forma de ver la vida cambian en menos de 1 segundo, únicamente, con el mero hecho de verla por primera vez).
A él le ocurrió en un lugar tan cotidiano como unas escaleras pero que a su vez era tan maravilloso como el pelo que resbalaba por su espalda. LA VIO como nadie la había visto antes, porque antes nadie la había visto, sus ojos brillaron como gemas a la luz del sol al ver sus labios, su cara, su diente enmuescado. Por fin había encontrado lo que sin querer estaba buscando y que justo un día que no pensaba toparse con el, apareció como aparecen las luciérnagas todas las noches.
Por primera vez el torero se convirtió en toro y recibió una media verónica que le desconcertará de por vida, bendita media verónica, el capotazo ayudó a que su pobre corazón saboreara el néctar del amar y ser amado. La mujer de su vida llegó y tuvo la suerte de que realmente es la persona que nació para él y por la que él nació. Su vida regida por una veleta que, tan pronto apuntaba en una dirección como apuntaba en otra, se vio afortunadamente truncada por una pequeña sonrisa que se encargó de iluminarle un camino tan desconocido como delirantemente espectacular para él. Nunca sabrá como agradecerle al (a veces cruel y otras caprichoso) destino, el año, mes, día, hora, minuto y segundo en el que decidió que esas dos almas se reencontraran mas de una década después y con tantos intentos fallidos de ambos con anterioridad. Porque el amor de cada uno, era el amor del otro.
Era una mariposa, SU mariposa, por la que tanto había vagado por el mundo, por la que tanto había esperado, ese pequeño anónimo necesitaba la brisa que formaban sus alas, esa mariposa que un día se posó en su regazo y que nunca quería volver a volar lejos de su piel y que a su vez él quería cuidar hasta el fin de sus días.
Era su 7, su jueves, su noviembre, su amor, su vida...
Y recita sin pensar cada vez que la oye... TE QUIERO.