"Si tú me dices ven lo dejo todo... Me dijiste ven... Pero fallé"


Ese silencio ruidoso, convertido en un pitido punzante que te ataca cuando cuelgas el teléfono... La soledad irrumpe... Sí, así de fácil, la soledad entró por la puerta de mi corazón sin llamar, sin avisar, sin ni siquiera un SMS de "esta noche voy a cenar y de paso, me quedo un tiempo en tu casa".
No podía mediar palabra, por no poder no podía ni tan solo realizar un acto tan simple y mecánico como sería la acción involuntaria de la respiración.
"¡Maldito océano!" Pienso. Mucha gente me pregunta por qué no me gusta bañarme en el océano,yo no contesto, pero es muy fácil, el océano lo único que ha hecho durante toda mi vida es separarme de los vínculos mas fuertes que he forjado en mi vida.
Ella un día se enfadó conmigo por no bañarme a su lado en el océano, lo que ella no sabía es que yo estaba enfadado con ese desierto de agua,  porque realizó un muro entre nosotros dos que sería casi infranqueable. Maldito muro, deseaba cada día que lo tiraran y que la Berlín del norte se juntara por fin con la Berlín del sur...
No aguantó, renunció a algo por lo que yo habría luchado durante siglos, no le culpo, mas bien lo entiendo, no es fácil estar y no estar, y me siento culpable, y pensarán ¿por qué? Muy fácil, hay una canción de "Los Panchos" que mucha gente interpreta como una oda al amor y la lucha por el mismo, esa canción se titula "Si tú me dices ven lo dejo todo", pero una vez leí un libro que completaba esa frase añadiéndole otra maravillosa "... Pero dime ven". Pues bien, yo se lo dije a ella, y ella me continuó la frase, pero no, no pude ir. Mi vida no me dejaba ir, nada me dejaba ir, es más, le pedí egoístamente que me esperara.  Y esperó hasta que no pudo más, y se fue.
¿Saben esa oración que dice "No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes"? Pues yo sabía muy bien lo que tenía, y creanme duele mas perder cuando sabes lo que tienes que cuando no lo sabes, y es tan fácil porque cuando no sabes lo que tienes ya estas acostumbrado a no saber, pero cuando sabes no te acostumbras a no saber. Porque eso es lo que me pasa, yo no tenía una relación de me tocaba la tocaba, pero me daba igual, no me hacía falta que me tocara para saber que me quería, yo era feliz con el mero hecho de tener la certeza de que estaba conmigo, me hacía feliz decir que era mi novia e ilusionarme pensando que algún día sería mi mujer y la madre de mi familia.

Pero se fue, me esbozó un "deberíamos dejarlo, no voy a aguantar", ese "deberíamos" me hacía mas daño que el "dejarlo", porque me destrozaba saber que lo mejor era que no estuviéramos juntos, yo pensaba que no podía haber nada peor que, que no estuviéramos juntos.
Una vez con 14 años, en el banco de un parque conocí a un hombre de unos 80 años que me dijo:"No hagas caso a esta sociedad hijo, el amor de tu vida llega en cualquier momento, puede que mañana conozcas a la mujer de tu existencia y eso que solo tienes 14 años, recuerda muy bien esto, si te la encuentras joven, mejor para ti, mas tiempo tendrás para disfrutar tu vida con ella, no dejes que te digan que eres muy joven para saber si es o no es el amor de tu vida". Y yo curioso y fascinado le pregunté: "¿Y cómo sabré si es la mujer de mi vida?". Él me miro a los ojos como nadie nunca lo había hecho, y plasmando sus 70 años mas de experiencias y vivencias que yo me respondió: "Es una sensación hijo, no te la voy a describir porque lo mejor es vivirla y que te pille por sorpresa". Y sonrió al terminar la frase.
Tenía 18 años recién cumplidos cuando me acordé de las palabras de ese hombre, la vi y supe que había sido un afortunado por haberla conocido tan joven, podría disfrutar de su compañía muchísimo mas tiempo del que yo a lo mejor merecía, y la sensación fue fabulosa, aquel hombre tenía toda la razón del mundo, era feliz por no poder respirar mientras la contemplaba.
Por eso, cuando ella me dijo ese "deberíamos dejarlo" en ese mismo instante morí, morí en vida, no quiero a nadie mas, no quiero que otro alguien aparezca en mi vida porque sé que no voy a ser ni en 1% feliz de lo que sería con la verdadera mujer de mi vida. No me quiero ni imaginar como voy a reaccionar cuando ella rehazca su vida y comparta cosas que realmente quiero que comparta conmigo.
Le suplicaría de por vida que no se fuera, que se quedara a mi lado por siempre, pero no puedo, la quiero tanto que no la puedo obligar a que esté conmigo, porque aunque sea lo que mas me duele en esta vida, si estar conmigo le hace daño, no puedo permitir que esté conmigo. No puedo hacerle daño y si es a costa de hacerme daño a mi mismo, la dejaré y la amaré de por vida sin poder estar a su lado. Perderé mi tiempo y mi vida en darle a otras personas menos de la mitad de lo que podría ofrecerle a ella.
Sin embargo, como terapia, voy a pedírselo por última vez...
Vuelve a hacerme sonreír, vuelve a mi lado y no dejes que el océano gane...
No puedo vivir sin ti... Bueno a lo mejor sí... Pero no quiero...